¿Cómo hacer que mi viaje a Marruecos sea un éxito?

Puedes poner rumbo a Marrakech y conocer su famosa plaza Jemaa el-Fna, un lugar de entretenimiento en el que encontrarás acróbatas y encantadores de serpientes por la mañana y conciertos y puestos de comida por la noche. También puedes deambular por los zocos en busca de algunos recuerdos para regalar a tu vuelta de vacaciones, pasear por el magnífico Jardín de Majorelle o montarte en un coche de caballos para admirar las murallas de esta ciudad. En Fez, no puedes perderte su medina, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con sus numerosas calles estrechas que conducen a plazas escondidas o a zocos insospechados. No muy lejos de allí encontrarás Meknes, otra ciudad imperial de Marruecos y antigua capital del país, también clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las ruinas romanas de Volubilis, las más bonitas de todo Marruecos, son un sitio interesante para visitar porque están bien conservadas a pesar de datar de la época romana. Rabat, una ciudad más moderna en la costa atlántica, cuenta con un patrimonio cultural único con elementos como la Torre Hassan o el famoso Mausoleo de Mohamed V. Para los amantes del senderismo, el Atlas es un verdadero paraíso con cumbres que superan los 4 000 m de altitud. Si todavía tienes ganas de descubrir más lugares excepcionales, dirígete hacia la garganta del Dades y hacia el valle del Draa donde podrás conocer los pueblos bereberes.

-El mar puede tener mucho oleaje y fuertes corrientes, así que ten mucho cuidado al bañarte,
-Durante el Ramadán debes evitar beber y comer en público y a veces es difícil encontrar un restaurante que ofrezca comida para turistas no musulmanes.

Sería complicado hablar de Marruecos sin mencionar sus medinas, esos antiguos barrios por los que es tan agradable caminar. La variedad de paisajes favorece el turismo, pues este país magrebí gustará tanto a los visitantes que quieran descubrir el Sáhara Occidental como a los que quieran relajarse en las playas de Agadir. Además, el clima es agradable y el sol brilla durante todo el año.

Los cerca de 3 000 km de costa marroquí ofrecen a los aficionados a los deportes acuáticos la oportunidad perfecta para practicar su actividad favorita. En Marruecos puedes practicar algunos deportes acuáticos como windsurf, moto acuática, surf o incluso kitesurf. Pero, ¡cuidado! Darse un baño en algunas playas puede resultar peligroso por el fuerte oleaje. Te recomendamos que te decantes por playas vigiladas por socorristas y acondicionadas como las de Agadir o Oualidia para disfrutar de los placeres del mar sin estar expuesto a ningún peligro. Si quieres conocer de verdad a los marroquíes, lo mejor es que hagas senderismo por los pueblecitos que bordean el Atlas y el Rif. Y para descubrir el Sáhara en familia, no hay mejor opción que dar un paseo en camello por el desierto. En invierno, podrás practicar diferentes deportes en las estaciones de esquí de la región de Ifrane y del Atlas Medio, que suele estar nevado.

En los numerosos zocos, en los que tendrás que regatear sí o sí, encontrarás muchos productos artesanales como platos para hacer tayín, cuencos de colores, babuchas o teteras de plata. En cuanto a los productos cosméticos, el aceite de argán es la especialidad de Marruecos, pero ten cuidado porque hay muchas falsificaciones, especialmente en los zocos. Es mejor comprarlo en una cooperativa. Y si eres muy goloso/a, podrás comprar algunas frutas secas, como dátiles, o pasteles típicos como los cuernos de gacela. No te olvides de comprar también especias para dar sabor a tus platos y las cajas de té verde.

La cocina marroquí es famosa en el mundo entero por la gran riqueza de sus sabores. Esta gastronomía es de influencia mediterránea, pues es típico cocinar con mucha carne, muchas verduras y muchas especias. Los platos marroquíes se cocinan a fuego lento durante mucho tiempo, aumentando así su sabor. Hay muchas especialidades locales. El cuscús es sin duda el plato marroquí más famoso. Menos picante que el de los países vecinos, se sirve con verduras, ternera o cordero. El tayín, que es más bien una forma de cocinar que un plato, es muy común en Marruecos. Normalmente lleva carne, pescado y verduras. De postre, podrás disfrutar de los famosos cuernos de gacela, pero también de las chebakias o briwats, que son pequeñas tortas elaboradas con miel, pistacho, almendra, naranja o canela.