¿Cómo hacer que mi viaje a Portugal sea un éxito?

Si decides venir a Oporto con los tuyos, aquí te dejo algunas recomendaciones.
Los dos o tres primeros días, recorre la ciudad de arriba a abajo y descubre una ciudad auténtica. Admira la belleza del Duero, del océano, de su vida nocturna y de alguno de sus parques para un paseo en familia. No olvides probar sus exquisitas especialidades culinarias.

Una visita guiada es un buen plan para conocer a fondo la ciudad que elijas. También te aconsejo que alquiles un coche o vayas con el tuyo. De esta manera, podrás ir a Guimarães y visitar sus castillos. Organiza un viaje al Valle del Duero, cuyos paisajes te dejarán sin aliento. Será la ocasión perfecta para coger un barco en Oporto y hacer un crucero de un día por el río Duero para disfrutar de un momento único y divertido en familia.
¿Y qué te parece una visita a Aveiro? Algunos la llaman la Venecia de Portugal. Recorre las coloridas calles y los canales de la ciudad, y no dudes en echar un vistazo a la catedral o a sus edificios modernistas.

Por último, puedes hacer algo diferente, como explorar las montañas, bañarte en las aguas cristalinas de nuestros ríos, hacer algunas rutas, surfear y desafiar las olas del océano, acampar o participar en las innumerables fiestas tradicionales de sus pueblos.

Por todo el país hay lugares donde la belleza está preservada, donde el hombre y la naturaleza viven en perfecta armonía. Muchas de sus regiones están protegidas para preservar su biodiversidad, y forman parte de parques y reservas naturales, como el Parque Nacional Peneda-Gerês, el Parque Natural de Alvão, el Parque Natural del Duero Internacional, la Albufeira do Azibo y, por supuesto, la Serra da Estrela.

Personalmente, creo que las mejores playas de Portugal se encuentran en el sur. Ten en cuenta que, con respecto al Mediterráneo, el agua está más fresca debido al océano y a las corrientes. Las playas de Algarve, por ejemplo, son muy hermosas, perfectas para un buen baño, aunque es una zona muy turística. Si quieres descubrir una playa única, te recomiendo que recorras tú mismo/a la costa en busca de la mejor playa. De este modo, podrás descubrir todas las facetas de Portugal.

Ten cuidado con la velocidad. Aunque parezca que no hay radares, no te fíes, alguno hay de cuando en cuando. Presta atención a las señales de STOP y CEDA EL PASO del suelo, ya que algunas están medio borradas y no se ven desde lejos. El límite de velocidad es el mismo que en España. Una gran diferencia es su peculiar sistema de pago de los peajes en las autopistas. Portugal ha optado por un modo de pago automático sin ticket ni pago en metálico o con tarjeta. Se trata de un dispositivo instalado en el coche. Cuando cruzas la llamada Via Verde (indicados con unos rótulos verdes), el sistema de telepeaje lee de forma automática la matrícula del coche, que está conectada a la cuenta bancaria del propietario y, por tanto, el pago se realiza de forma automática. Si alquilas el coche, infórmate a través de tu agencia de alquiler para saber cómo hacerte con este dispositivo. Si, por el contrario, vienes con tu vehículo, no te preocupes. Se han habilitado centros de información y cabinas para que puedas circular sin ningún problema. Eso sí, si no tienes conectado el sistema automático, no cruces por dichas Vías Verdes, si no, tendrás un plazo de 24 horas para pagar el peaje o recibirás una multa.

Los mejores locales para escuchar fado en Lisboa son Clube do Fado y Tasca do Chico.

En Lisboa hay muchas cosas que visitar, ver y descubrir, como por ejemplo el distrito de Belém, el Elevador da Bica, el barrio de Mouraria o el de Alfama. Imprégnate de la vida de los portugueses, de su autenticidad y de todo su encanto. Durante tu visita por Belém, te recomiendo que pruebes una de sus especialidades más características, los pasteles de Belém, elaborados mediante una receta secreta de hojaldre y nata.

Portugal ofrece actividades de todo tipo. En familia, se pueden combinar las visitas a los monumentos más emblemáticos del país con actividades lúdicas para los más pequeños.

En Oporto puedes subir a la torre de la Iglesia de los Clérigos, cruzar el Puente Luis I o hacer el llamado Crucero de los seis puentes. Un paseo con toda la familia por la ribera del Duero es un momento muy agradable, así como por los Jardines del Palacio de Cristal, donde encontrarás numerosos pavos reales en libertad. Si no, un recorrido por el océano es suficiente para respirar aire fresco y descansar.

Date un capricho y cómprate un helado en uno de sus muchos puestos artesanales. Y si eres amante de los deportes acuáticos, no dudes en dirigirte a la costa.
En Lisboa descubrirás el Oceanário de Lisboa, el Jardín Zoológico o el barrio de Belém para una salida repleta de castillos, paisajes, cultura y ocio con los tuyos.

Portugal posee productos únicos y maravillosos. En primer lugar, todo el mundo conoce su afamado vino, entre los que destacan el vino de Oporto y el Vinho Verde, procedente del noroeste de Portugal. No dudes en probar el licor Ginja, elaborado a partir de guindas. Si vienes en avión, te recomiendo que factures otra maleta más para llevarte los mejores vinos a casa. Sé por experiencia que muchos de nuestros visitantes se van frustrados por no poder llevarse una botella o dos, ya que en cabina están prohibidas. Aparte del vino, Portugal es el primer productor de corcho del mundo, producto con el que fabrican portalápices, cascos, etc. Las conservas también se están poniendo de moda. La flor de sal de nuestras salinas y las telas artesanales también son famosas. ¿Sabías que en el norte de Portugal se concentra uno de los centros de producción textil más importantes de la UE? La artesanía es un sector desarrollado en el conjunto de la economía portuguesa, y fabrica objetos tan variados como originales con materiales sorprendentes. No dudes en adquirir joyas de cristal, papel o madera antes de volver a casa. ¿Y por qué no traerte alguna pintura, grabado o dibujo de nuestros artesanos? Será sin duda un bonito recuerdo de tus vacaciones.

El carácter mediterráneo del territorio tiene una influencia notoria en su cocina. Sin embargo, cada región posee sus propias especialidades culinarias, que son tan atípicas como increíbles. Si tuviera que enumerar los mejores, estoy seguro de que olvidaría algunos, así que os voy a dar algunas ideas. En Oporto tienes que probar la francesinha y las tripas à moda do Porto, tripas de vaca cocinadas con judías blancas. Estos son los dos platos por excelencia de Oporto. La francesinha, por ejemplo, la encontrarás en todos los restaurantes. Es una especie de sándwich relleno de ternera, jamón, salchicha y queso fundido bañado por una salsa picante denominada piri-piri. Se suele acompañar con patatas fritas. ¡Es un plato para valientes! En el sur, Aveiro destaca por las anguilas y los Ovos Moles, unos pequeños dulces elaborados con yema de huevo y azúcar. Y todavía más al sur, en Mealhada, destaca el cordero lechal (Leitão). El norte de Oporto es un festival de sabores. Yo destacaría el arroz de sarrabulho, el rojões y el arroz de Cabidela, todos ellos elaborados con carne.
Y es que Portugal cuenta con una carne de calidad suprema. Puedes degustar, por ejemplo, la carne de Barrosã o el Cabrito Assado.
En Lisboa puedes comprar también los famosos Pastéis de nata o pasteles de Belém, unos pequeños flanes con canela y azúcar glass, considerados por el diario británico The Guardian como uno de los 50 mejores platos del mundo. Y, como buen país costero, Portugal cuenta con unos pescados deliciosos. En resumen, lo que está claro es que a Portugal no vendrás a hacer dieta. Pero, ¿qué importa? ¡Una vez al año, no hace daño!

- El agua fría de su costa atlántica.

Su clima suave, sus buenas temperaturas y el trato de sus habitantes, que atraen a turistas de todas partes. La variedad paisajística de Portugal también es uno de sus fuertes, ya que te permitirá admirar su naturaleza y su gran biodiversidad. En Algarve encontrarás los centros turísticos costeros más importantes, aunque también es el caso de las Azores y Madeira (ya más lejos, claro). Su proximidad con el resto de Europa hace que sea un destino bastante accesible, sobre todo en España, ya que puedes venir por carretera sin ningún problema.