¿Cómo hacer que mi viaje a Argelia sea un éxito?

Argelia es un país con paisajes muy variados, pues limita al norte con la cordillera del Atlas, que llega hasta el mar Mediterráneo, y al sur con el Sáhara, una vasta zona desértica que ocupa gran parte del país. Las ciudades más importantes se encuentran en las llanuras costeras, frente al Mediterráneo, y gozan de un suave clima mediterráneo.
Argelia ha heredado un rico patrimonio cultural y arquitectónico. Antes de la llegada de los musulmanes, este país estuvo ocupado por los fenicios, los cartagineses y los romanos, lo que lo convierte en un destino rico en yacimientos arqueológicos romanos bellamente conservados, como las ruinas del yacimiento de Djemila o la antigua ciudad de Timgad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
No puedes irte de Argelia sin visitar la capital, Argel, que cuenta con una impresionante alcazaba colgada en la ladera de una colina y con un barrio histórico también declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO con casas encaladas y antiguas mezquitas a las que se puede acceder a través de callejuelas sinuosas y empinadas. Frente al mar, el barrio moderno recuerda el pasado colonial de la ciudad con sus suntuosos edificios blancos.
Orán, más al oeste, es famosa por su ciudadela otomana construida por los españoles, mientras que Constantino, una ciudad de interior, no deja indiferente a nadie, porque se trata de una ciudad con un rico patrimonio y de extrema belleza, pues cuenta con puentes suspendidos sobre impresionantes barrancos.
Pero Argelia tiene mucho más que ofrecer. Este país alberga también la Kalâa de Beni Hammad, un yacimiento arqueológico del siglo IX situado a más de 1 000 metros de altitud; los pueblos fortificados del valle de M'Zab, en medio del desierto; y los numerosos parques naturales donde se protegen muchas especies de plantas y animales.
Los amantes de la aventura pueden venir a admirar los espectaculares paisajes del macizo de Hoggar, en medio del Sáhara, antes de detenerse en Tamanrasset para disfrutar de una experiencia única que nunca antes habían imaginado.