¿Cómo hacer que mi viaje a Tíbet sea un éxito?

A día de hoy, el Tíbet sigue siendo un territorio impenetrable lleno de misterios y leyendas. Lo único que se conoce de este lugar perdido en las profundidades de China son los salmodios y los cantos tántricos de los monjes tibetanos. Muy pocos europeos han podido llegar hasta la región autónoma del Tíbet en las últimas décadas, lo que les ha hecho desarrollar una verdadera fascinación por esta región budista, contribuyendo a forjar las leyendas que crecen en torno a ella.
Su relieve, compuesto por una inmensa meseta rodeada de las montañas más altas del mundo, ha hecho que este territorio haya estado aislado durante mucho tiempo, aunque eso no ha hecho desaparecer sus estrechas relaciones con China.
Conocido también con el mote de «techo del mundo», el Tíbet es ahora accesible para los viajeros en busca de paisajes auténticos y de grandes espacios. Desde las cumbres nevadas del Himalaya hasta el Monte Kailash, la montaña sagrada donde nacen los ríos más grandes de Asia, o a través de magníficos lagos de aguas turquesas a gran altitud, este país ofrece paisajes excepcionales que harán las delicias de los excursionistas.
Lhasa, la capital y la antigua residencia del Dalai Lama, se encuentra a más de 3 650 metros de altura y ha conseguido conservar algunos de los templos y monasterios más sagrados del mundo tibetano. El Palacio Potala es un famoso símbolo de la ciudad de Lhasa que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este palacio se encuentra en la colina de Marpo Ri, por lo que tiene unas impresionantes vistas de la ciudad. Este edificio está decorado hasta la saciedad y alberga en su interior importantes objetos, esculturas y pinturas murales, así como las tumbas del Dalai Lama, chapadas en oro y con incrustaciones de perlas y piedras preciosas. Ven a descubrir el animado y frecuentado barrio de Barkhor, en el corazón de la ciudad, y el espléndido templo de Jokhang.
El territorio tibetano está lleno de templos y suntuosos monasterios, como el de Samye, así como de numerosos pueblos tradicionales que se han conservado perfectamente en el corazón de algunos paisajes excepcionales, como Tsedang o Gyantsé, con su impresionante fortaleza.
Tíbet es una región con una fuerte tradición espiritual que te sorprenderá por la belleza de sus lugares y la cálida acogida de su gente.

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